Una
start up se define como una pequeña empresa con características
propias de una cooperativa en la que los integrantes apuestan por una
idea de negocio innovadora fundamentada en estrategias de negocio
poco usuales o en aplicaciones tecnológicas que ofrecen ventajas y
utilidades fáciles de implementar.
Trabajar
en una start up significa asumir unos principios de
colaboración, entusiasmo colectivo, aprendizaje continuo e
implicación personal que no son fáciles de encontrar en otros
modelos de empresa. Te explicamos por qué deberías entrar a formar
parte de una start up en sus comienzos, con cuatro razones:
1.-
Creatividad. Una start up es una plataforma muy creativa, da
igual lo que hagan, trabajar en ellas puede significar una
oportunidad memorable para probar nuevas ideas. Si experimentar con
lo nuevo es lo que te va, si la innovación es tu destino, estás
ante el lugar perfecto. Tú decides.
2.-
Ambiente de trabajo. En las start ups el ambiente de trabajo
es mucho más relajado, no hay tantas jerarquías, todo resulta más
informal. Hay bastante autonomía a la hora de tomar decisiones y, en
ese sentido, es una escuela de capacitación. En las start ups
la burocracia no llama a la puerta.
3.-
Equipos pequeños pero ambiciosos. Los equipos de trabajo de las
start ups son pequeños, por no decir diminutos, todo el mundo
hace de todo. Hay un objetivo común ilusionante y todo resulta el
resultado de tareas altamente colaborativas. Es un aprendizaje entre
compañeros.
4.-
Ambiente de desafío continuo. Los retos son la sal del condimento de
cada día. Hay mucha inexperiencia, pero también un gran deseo de
superarse. Se trata de una estrategia fabulosa en la que todo el
mundo aprende algo sobre la marcha porque afecta a todos en la medida
en la que cada uno está implicado en el proyecto hasta las cejas. Y
éso, amigo, no tiene precio.
Así
son las start ups por dentro, vida de empresa en la que los
proyectos fluyen y palpitan.
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