Las oficinas de desempleo cierran 2014 con un descenso del paro sin precedentes en los últimos dieciséis años. Muchos de esas personas que han abandonado las colas del paro se han hecho autónomos. De hecho, en este año la proporción de trabajadores por cuenta propia ha alcanzado el 20% del total, elevando la cifra a casi cuatro millones de empleados autónomos. Sin embargo, España es uno de los países donde es más caro y ser autónomo tiene más inconvenientes. Así se desprende de un estudio de la revista Forbes que compara este tipo de cotización en los países del entorno europeo.
Francia es según Forbes el mejor país para ser trabajador por cuenta propia, con una puntuación de 9,5 sobre 10. En el país galo la cuota de la Seguridad Social de los autónomos depende de la profesión de cada cual y de los ingresos generados durante el año. Lo que la publicación considera óptimo y sistema de referencia en Europa. En Francia los autónomos no pagan la cuota del primer año, y sin embargo tienen derecho a jubilación y las prestaciones sociales del Estado.
En Inglaterra los autónomos también se aprovechan de múltiples ventajas. Colocándose como el segundo país europeo según la lista de la revista Forbes. Allí la cuota mensual ronda entre un máximo de 58 euros y un mínimo de 13. Los trabajadores por cuenta propia no están obligados a declarar los impuestos trimestralmente, sino anualmente, con una cuota que se calcula en función de lo ganado durante el año fiscal.
El sistema portugués aún presenta mayores diferencias. En el país vecino los autónomos no pagan cuotas de Seguridad Social ni impuestos por el valor añadido. Aunque sí que tienen que declarar sus ganancias y pagar anualmente algo menos del 25% de los beneficios.
Holanda es otro país bien situado en la lista Forbes para ser autónomo. En Flandes solo se pagan 50 euros al año, y para tener derecho a atención médica pública se abona una cuota de 100 euros mensuales.
En Alemania la cuota ronda los 200 euros para tener asistencia médica y 140 si se superan los 1700 euros de ingresos mensuales.
Y en España lo mínimo es 260 euros y declaración trimestral y anual de IVA e IRPF. Eso sí, en Forbes no han sabido darle una puntuación a nuestro sistema, que comparativamente podría ser mejor.
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